Soy del agua, cuando parte la bahía;
cuando estalla en espuma y cólera,
en cantidades gruesas de sal y brisa.
Soy del agua, sin condiciones.
El agua empuja con manos blancas;
con columnas líquidas de huesos azules;
de carne verde y músculos transparentes.
Empuja tanto que me lleva, lejos del cuerpo.
Los besos de la bahía,
son ásperos y braman como gaviotas.
Y las gaviotas que besan con sus pies,
son absorbidas por la infinita arena cálida.
Soy del agua, porque es liviana.
Porque me ciñe en un remolino intermitente.
Porque me hace pensar en tu sonrisa
y en los besos que tus labios, aún no me presentaron.
Y los versos que brotan de mi boca,
se gastan en mis oídos.
Y quizás en los tuyos, cuando me animo a hablarte.
Y los versos que brotan de mi boca,
hablan tanto del mar como versos ajenos,
pero estos son míos, y te los regalo.
El agua del mar me recuerda a vos.
Porque nos gusta a ambos. Porque nos une.
Como una aguja blanca que abraza dos botones
con su cola de hilo rojo que se estira y se dobla.
Con su hilo rojo enterrado en tu pecho
y anudado en mi lomo. O en mi esternón.
Soy del agua, porque todavía no soy tuyo.
O sí, pero aún no lo sabemos.
Del agua

Maravillosa entrada!! Lo sublime de unir por analogía, la fuerza del mar con el amor. Un abrazo.
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Muchisimas gracias por estas palabras!
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Coincido con elcieloyelinfierno: maravilloso. Me has dejado empapado de poesía, una de las mejores formas, y creo que la más sincera, de conocer el mundo.
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Muchísimas gracias por este comentario tan emotivo!
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