Estoy cansada de merodear por los pasillos sonámbulos de mi vida.
Fingir que no te busco en cada túnel, callejón y pasadizo
de este laberinto enrarecido que comparto con tu recuerdo.
Pretender que no son estos versos para quien siempre lee mis cartas.
Te escribo porque estoy harta de mentir con la verdad
y explicarte que esto no podría ser de otro modo.
Porque se despunta alpiste de tus palmas
y tus manos son tregua cuando me canso de volar.
Porque sólo a mí me soplas arreboles
y tu bostezo me maquilla los cielos bermellón.
Porque me sabes los dragones en las almenaras
y las luciérnagas que aluzan los almendros.
Porque si de algo me arrepiento,
es de no besar a meridiano entreabierto
tu cuello coordenado.
Porque si algo deseo más que nada,
es escucharte hilar acordes,
que me deshilvanes a minueto las entrañas.
Porque sólo soy cuando eres pecado
y si algo he de reprocharle a la vida,
es que el pecado no se repite dos veces.
Porque es momento de irme
hasta huir de estas ganas de huirme.
Porque te desfloras para descubrirte como el verano que no tengo.
¿Y es que no lo sabes ya o no quieres creerlo?
Letras & Poesía 
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