¿De qué calibre es la pistola en tu cuello?
¿Cuánto pesa el grillete que te ata a la angustia?
La mordaza de tu boca parece tapar tu mente
y la venda de tus ojos, una ceguera consentida.
El fugitivo imagina opciones de escondite,
el político se inventa nuevas formas de gastar el dinero,
el ermitaño simula conversaciones para no enloquecer,
el náufrago no para de lanzar botellas y de enviar señales de humo.
La creatividad está al servicio de los poetas
Y de los que quieren salvarse,
de los que repudian la rutina
y de los que necesitan desahogarse.
El miedo es el veneno de la creatividad,
el silencio alimenta el miedo.
Callar y mirar por la ventana
contemplando con resignación el paso del tiempo.