Te entiendo en el silencio que invade:
cada estancia,
cada ambiente.
Te encuentro en cada pensamiento,
en cada mirada
con sentimiento.
Te veo en cada esquina,
al final de la calle
o en la avenida.
Y mientras tú, terminas siempre
con una palabra lanzada al viento,
con la mirada perdida en el cielo,
haciendo que mi sentimiento nunca deje de ser
y simplemente luche
por siempre permanecer.