Entre las dunas de un deseo
quisiera sentir el frío
y a orillas del mar deslizarme
siendo arena entre tus dedos.
Navegando por tus manos
ser por siempre marinero,
derribado por las olas
que me hicieron sucumbir
a la tempestad de tus besos.
Abrir una estrella en el cielo
para recordar tu nombre,
revolcándome en las cenizas
que dejó tu rastro al pasar.
Ahogándome sin remedio
atrapado por tu llama,
seguir nadando hasta tu isla
y encallado allí naufragar,
y con el fuego de tu vida
encender mi vida en el mar.