Lector compulsivo casi desde que aprendí a leer, aficionado a las artes en general y a la pintura en particular, la voluntad de escribir me fue llegando poco a poco, empezando más como un método de relajación y abstracción tras el trabajo que como una pulsión interna, poco a poco esa costumbre se fue convirtiendo en casi necesaria, un medio de expulsión o expresión que se ha ido manteniendo en el tiempo y que he aprendido a disfrutar de manera reposada.
Sin más pretensión que plasmar las inquietudes que me remueven de alguna manera, tengo que reconocer que la sensación de reflejarlas por escrito, sacarlas de donde surgen, a veces la cabeza o el corazón, a veces las tripas, y dejarlas en algún lugar para quien las encuentre, y pensar que alguna de ellas pueda pellizcar a alguien con quien comparto al menos ese interés aun sin conocernos, completa el círculo de una manera muy gratificante. Ahí sale ese pequeñito ego necesario.
Espero seguir compartiendo mientras continúe este pálpito y sienta que puede haber alguien al otro lado que se muestre en sintonía, en el fondo o en la forma, con mis escritos.
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4 comentarios sobre “Koniec”
Ya en el primer verso el poema es sublime. Felicidades.
Muchas gracias Henri, aunque me he dado cuenta que subí una versión inicial, donde repito una palabra, de todas formas agradecido y con ganas de leer tu próxima entrada.
Ya en el primer verso el poema es sublime. Felicidades.
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Muchas gracias Henri, aunque me he dado cuenta que subí una versión inicial, donde repito una palabra, de todas formas agradecido y con ganas de leer tu próxima entrada.
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Magnífico, con un especial aroma clásico. Un abrazo, compañero.
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Gracias por el apoyo Lothrandir. Saludos cordiales.
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