Si edito una fotografía tuya,
empleo el filtro “comida”.
Si escucho en tu voz el silencio,
me quedo dormida;
arropada por la calma de tus labios.
Tanto tiempo buscando la paz
y desconocía que se encontraba
debajo de tus sábanas,
en el papel de invisible bambú
situado entre la piel de los dos.
No me importa que me consideren Platón.
Yo te juro, compañero,
que todo lo que me faltaba en la vida
me lo puede aportar tu colchón.
Digo esto porque nada necesitaba.
Por eso, sé que te quiero de una forma sana,
porque lo único que has hecho es sumar
a un alma ya llenada.
Hace poco leí algo que ya conocía:
que no es el sexo el que sacia sino el amante.
“Sí, quiero” vivir la disonancia motora de mi cuerpo
cuando emite la señal de despedirte
pero el receptor no me aleja de tu cuello.
“Sí, quiero” sentir orgullo cuando el mundo te descubre y rompe a carcajadas
como lo hacen los familiares
de aquel paciente que superó una enfermedad.
¿Entiendes ahora que eres cura?
Sí, quiero que me quieras,
que me cojas en brazos mientras llueve
y sentirme la protagonista de aquellas películas cursis
que siempre odié.
Sí, quiero que seas valiente, no egoístamente, sino porque sé
que el amor que nos tenemos te hace bien:
Te mejora la piel de fresa y la autoestima.
Sí, quiero ser musa cuando en realidad tú,
siempre tú.
Y tú, gime,
¿qué es lo que quieres tú?
Uno cree que amar es cosa de dos…compartir el lecho, los sueños…pero un días caes en cuenta que solo uno es que el que sueña….Besos al vacío
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Gracias por regalarme tu visión. Abrazos.
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