Imposibles los hechos,
posibles las ganas.
Latidos bidimensionales,
en la verdad y lo inexistente.
Las ganas en todo momento,
los hechos opacados por la versátil realidad que separa los instantes.
Perecimos sin los hechos,
nos quedamos con las ganas.
Tú por tu recelo,
yo por mi incertidumbre.
Todo volvió al polvo,
y nunca nos enteramos.