Quizá esta ciudad no sea lo suficientemente grande
como para dejar de encontrarte una y otra vez
entre una multitud de rostros vacilantes,
o quizá la verdadera razón es que mi ser se muestra reticente
a abandonar la idea de dejar de buscarte incesantemente,
aun estando consciente del enorme abismo que existe
entre tu recuerdo y tu realidad,
todo esto desembocando finalmente
en un equilibrio extrañamente
caótico e inmutable
del que soy único testigo y protagonista.