Me dijeron que sin los vastos recursos,
podría vivir sin que el pan me faltara en las noches,
que la ropa solo es utensilio,
y como trabajadora nada más merezco.
El alto mando no se sujetaría en esta bola de poco sustento,
mientras bostezo el sudor y el cansancio,
no puedo dormir tranquila pensando,
en eso que me gano para resolverlo.
Impuestos, alimentos de altos precios,
la luz subiendo, el agua, el combustible, el teléfono.
Los hijos, la ropa, la escuela, el préstamo, el aliento,
aumentan el esfuerzo, las horas, el cansancio,
el sueño.
Y qué más me toca esperar del sueldo,
si para devolverlo trabajo,
si para gastarlo, lo suelto.
Y qué más me toca si no puedo hacerme un arreglo,
si de primavera hasta el invierno,
sigo en la rutina para seguir sobreviviendo.
Y si pienso en mí soy gastona,
si me doy un gusto soy millonaria.
En Puerto Rico estoy llena de rabia,
de ser la esclava del sustento,
de ser esclava de todo, menos mía.
Y “existe la libertad”.
Poética visión del capitalismo, y más, felicidades.
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