Eres la constante
que permite a mis vacilaciones
corretear libremente
en el campo de mi mente.
El tornillo sobrante
perdido en algún rincón anónimo
de aquella extraña y compleja
maquinaria invisible
que intenta sobre la marcha,
darle cierto sentido a los pasos que doy.
Actúas como si fueras mi propia sombra,
intentando demostrar una y otra vez
que mis movimientos son errados.
Al asomarme en un espejo
no deje de verte reflejada
en él junto a mí.
Así sea pues
eterna acompañante,
continuemos danzando juntos esta pieza,
intentando hacer algo más que llevadera
nuestra estancia en esta tierra ajena.