Aprendemos a caminar en público en secreto, esforzándonos por esconder la incomodidad de cada movimiento, pretendiendo no sentir la histeria colectiva hacia la ignorante comunidad. “Si la vida fuese tan poética como la pinto, bailarían ballet en Siria”, dijeron 30 antes de mí, repetirán millones después; todos seremos genios.
Manteniendo la integridad, procurando no romper personaje; para con la conformidad en la que nos volvimos seres sin rostro, caras sin alma romantizando la ingenuidad. Cuerpos de cerámica a punto de quebrarse y liberar una inminente apatía a las normativas. Vivir.
Subversiva imagen. No combina con un Cris alegrando el paisaje, desdibujado de las cuencas que lo rodean.
-Iré al bar, Cris. Cuídate.
-¡Mucha mierda, P!