Como cae la lluvia sobre mi tejado,
así llegas tú, sonriendo al mundo,
infundiendo vida a cada segundo.
Como la palabra exacta en el momento preciso,
así apareces, salvavidas, puerta abierta,
roca fuerte, mi cómplice perfecta.
Como toda rosa tienes tus espinas,
así te defiendes, pequeño huracán,
y caminas firme, sin mirar atrás.
Como la calma que queda tras la tempestad,
alegría, impulso y cálido abrazo,
el mayor tesoro, el mejor regalo,
así eres tú, mi agua de mayo.
¡Bravo! Valoro mucho las rimas, que tampoco han sido abusivas, sólo lo justo para alzar todavía más el poema.
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¡Muchas gracias, Henri! Me alegra que te haya gustado.
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¡Me gusta tu poema! Yo soy nueva en este asunto de colgar relatos en un blog. Te agradecería que le echases un vistazo, a ver si alguno de mis cuentos te parece original…
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