La disonancia cognitiva es mi mayor enemigo;
aceptaré sentimientos malos pero…
esto no va conmigo.
Si te quiero, te lo digo.
Si quiero al animal, no lo cocino.
Si mi corazón late tu nombre, poemas te dedico.
Si quiero pasar el resto de mi vida contigo… lo intuyes.
Porque aunque no salga de mi boca,
sin mi permiso hablan mis ojos
de igual modo que hacen tus dedos
y tus pupilas y tus codos.
Un día, sin tú saberlo, con ellas me cité
y la disonancia cognitiva fue untada de miel:
La concordancia entre lo que uno siente, piensa y luego dice
es, simplemente, respeto a la piel.
Así que si tú quieres, mi favorito vocablo,
te espero en un diccionario,
en una cama o en el edén
siempre con, de ti, sed.
“La concordancia entre lo que uno siente, piensa y luego dice
es, simplemente, respeto a la piel.” HER MO SO 🙂
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¡millones de gracias!
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