1 minuto

Motas de polvo

Escucho las canciones que me recomendaste y entro en el bucle que, supongo, querías crear en mí. Me hiciste guardar silencio mientras las melodías se adueñaban de todo mi ser y hacían lo que querían con mis entrañas. Ahora diferentes, ahora teñidas de colores.

Me dejaste con los ojos vendados frente a ti, diciéndome que confiara en que tu esencia nunca se iría, aunque yo no fuera capaz de verte. Que permanecerías junto a mí, a pesar de los huracanes que amenazaran con alejarte.

Y es que, por mucho que limpies el polvo sobre la estantería, en poco tiempo volverá a ocupar el lugar que le corresponde, por mucho que le mandes irse, por poco que le quieras allí.

Y llega el día en el que te acostumbras tanto a su presencia que no logras entender cómo no aparece. Es entonces cuando te topas con nuevas motas, ya no de polvo, ya son otra cosa; pero no sabes qué son, ni para qué han venido. Y te reconfortan. Escriben una nueva melodía y entras en otros bucles, que te hacen olvidar las estrofas de sus canciones y los bucles de su pelo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Entradas relacionadas

A %d blogueros les gusta esto: