estas paredes
son una extensión de mi cuerpo
tu mano
lejana caricia sobre mi piel curtida
atraviesa la cavidad
para arrojarme sobras
me acerco
huelo la culpa en tu mirada esquiva
lamo el suelo
das la espalda
trae la brisa
los pajaritos que cantan sobre mi techo de zinc
cierro los ojos
para irme tras tus alas
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