1 minuto

La vieja casa

Ya nadie comenta la ruina de la vieja casa,
de la mansión donde se cruzan
la noche sin estrellas
con la magia de la luz del mediodía;
la casa, con ventanas
sin rostros asomándose,
de tardes de ida
y mañanas sin regreso.
La vieja casa,
donde anidan palomas de ceniza
y los espejos reflejan la cintura del silencio,
los gritos de la niebla
entre las vigas carcomidas.
La vieja mansión de la infancia,
con sus noches de fiesta
y sus rincones
llenos de espinas y fantasmas,
sin voces,
yace entre la rosa y el cardo
hundiéndose en el lento crepúsculo
de una tarde, inolvidable, que no tiene fin.

Pradoalto
@joseantoniorodriguez.f
Leer sus escritos

Una respuesta a “La vieja casa”

  1. Qué bonito lo de la tarde inolvidable que no tiene fin.

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