Paranoia

La noche, la soledad y el silencio alargan las horas y las calles. Camino rápido tratando de controlar el pánico, que aumenta al comprobar que no es la sombra la única que me sigue. Sin disimulo cambio de acera contando las calles hasta la portería, confiando que el vigilante no esté dormitando en el baño.Sigue leyendo «Paranoia»

Un mundo vacío

Se ven aquellos pájaros, que duelen,sobrevolando tierras despobladas,cementerios silentes, arruinadasarboledas con flores que ya no huelen. Senderos sin memoria, que cincelenla espuma de las fuentes devastadas,donde solo transitan apagadascanciones que ya nunca nos desvelen. Solo quedan enhiestas espadañasque dan fe, que nos cuentan de montañas,de risas y de llantos, que ya han muerto. Ya soloSigue leyendo «Un mundo vacío»

Retrato

Solo un yerto perfumequeda en ese retrato perdido,artificio de espejo adormecidoen la turbia cenizaque deposita el tiempo.Aquella luz de arena, aquel vencidogesto que se ha quedado detenidoen la pirueta, amarga,de ese mágico instante.Los rostros se han borradoen la épica epopeyade lluvias fugitivas, de estacioneserrantes sin sentido.Ya solo queda un vaho entristecido,la pátina de nieblavelando laSigue leyendo «Retrato»

La respuesta

Solo nos ha quedado una respuestaposible, una medida de la muerteen cada desengaño, en cada inerteespejo, en cada inútil apuesta. Vivimos otras vidas, sin protesta,ajenos a la culpa que se vierteen el carrusel, turbio, de la suerte,en el último baile de la fiesta. Se han marchado los músicos; la calma,atroz, tras los adioses, quema elSigue leyendo «La respuesta»

El cielo azul

El cielo, tan azul, me reconciliacon la vida, con todo lo que he sido;desorienta las voces, el rugidode los tercos demonios, la vigilia, sangrante, donde el mundo nos exiliade la patria sagrada, del sonidode la dicha, del eco descendido,tan dulce y tan preciso, que me auxilia. La mañana me dona los ardientesinstantes que refrendan, tanSigue leyendo «El cielo azul»

Hacia el olvido

El río que nos lleva hacia el olvido,la memoria del árbol que sostuvoese canto del pájaro que tuvoen su vientre, marchito, lo vivido. La ceniza del árbol sometidoen el jardín desierto, que contuvola estructura del mundo y entretuvoa la muerte y su séquito podrido. La espuma de los días va ciñendo,poco a poco, los sueños,Sigue leyendo «Hacia el olvido»

Oración

Señor, estoy cubierto de ceniza;mi lengua es un despojo de la nada,purulenta semilla descarnadadonde el tiempo, salobre, se tamiza. Señor, yo no soy digno de la tizaque dibuja el contorno de la espada;que perfila la carne, desgarrada,hundiéndose en la trama que me hechiza Señor, aquí te ofrezco la cinturade todos mis recuerdos, la escultura,inconclusa, delSigue leyendo «Oración»

El desierto

El desierto es una quimerahabitado por los fantasmasde los días vencidos, muertos,en calendarios sin mañana. Una interminable autopistaque cruza una patria sin alma,un espejo donde dormitanlas viejas canciones gastadas. La arena quema en la cinturade las tardes, desesperadas,donde nada tiene sentidoy un turbio silencio nos llama. Pradoalto@joseantoniorodriguez.fLeer sus escritos

Otras vidas

Las otras vidas nos sostienen,esas que nunca confesamosen nuestras rotas biografías,esas que saben donde vamos en las horas, turbias y amargas,donde la vida oculta datos,certezas y viejas querellasy nos adentra en el fracaso. La vida que no viene a vernos,que descansa en lejanos tramosde autopistas frías, sin alma,en otros mundos derrotados. Aquellas vidas que nosSigue leyendo «Otras vidas»

La mujer

Enciende el aullido de la sangre,el adormecido grito de júbilo,la pasión que alimenta las mareas,el desnudo aguafuertede la vida cotidiana;mientras teje el sudario,mortaja que le unea la fuente primigeniay ancla el mundo,da vida y alimentala lluvia y las aceras;trabaja y crea un universo dondehabita la ciencia exacta de la vida,el corazón de la luz queSigue leyendo «La mujer»

Invasión

A Ucrania, que aún resiste En la ciénaga chapotean,desangrándose, albas palomas;luciérnagas de nieve danzanun vals de siniestra derrota. Un soldado yace, de bruces,con una amapola en su boca,una guirnalda que la muerteha trenzado para su gloria. Silencio pleno de presagios,donde se esconden las esporasde la guerra, de los caídosjuguetes , del niño que llora. Pradoalto@joseantoniorodriguez.fLeerSigue leyendo «Invasión»

Atardece

Se ha dormido la tardeen la ternura,oculta,de ese recuerdo ardiente,de esa mirada oscura. Las rosas, en un vaso,tamizan la penumbra,tan breve y delicadadonde el tedio se ausculta. Pradoalto@joseantoniorodriguez.fLeer sus escritos

El enfermo

Esta tísica tarde desganada,esta luz que me anuncia otra certeza,otro espejo sin llanto, la destrezade ir sumando latidos a la nada. El invierno acaricia la gastadageografía del monte; la bellezade la música, inútil; la tristezaque nos deja la noche devastada. Ya no importan las voces que se fueron,ni los versos que nunca se escribieron,ni siquieraSigue leyendo «El enfermo»

Atardecer de otoño

Unas notas tímidas,en un vaso, trasciendenla atmósfera del cuarto,armonía tan breve. Me acompañan las notas,soñolientas, leves,la música calladade Mompou, que adormece. Este tenue perfume,cadencia que desprendeesa dormida esenciade la luz que no muere. Pradoalto@joseantoniorodriguez.fLeer sus escritos

La vieja casa

Ya nadie comenta la ruina de la vieja casa,de la mansión donde se cruzanla noche sin estrellascon la magia de la luz del mediodía;la casa, con ventanassin rostros asomándose,de tardes de iday mañanas sin regreso.La vieja casa,donde anidan palomas de cenizay los espejos reflejan la cintura del silencio,los gritos de la nieblaentre las vigas carcomidas.LaSigue leyendo «La vieja casa»

Música de cámara. Canto del poeta.

¿Qué azucena derrama su memoriaen la tímida estancia del poeta?¿Qué perfume del miedo se etiquetaen los versos contados sin historia? Ya sabemos que el Reino y la victoriadel que canta sus pérdidas, decretadomicilio en la niebla, en la cunetadonde crecen las flores de la escoria. Nuestro Reino descansa en alamedasnunca vistas, en turbias en almonedasdondeSigue leyendo «Música de cámara. Canto del poeta.»

El argumento

El argumento de la historia,el psicoanálisis de la ceniza que cubremis labios y mi frente,la terca querencia de los nombres,precisos y exactos,con los que denomino las fronterasque delimitan,con su torpe afán didáctico,las pocas certezas en las que todavíaconfió, sin mucha expectacióny sin anhelo.La trama en la que consumoel sagrado fuego,el éxtasis de la piel acariciada,unaSigue leyendo «El argumento»

Todavía vivo

El incendio del mundo y de la furiaque acompañan los años y el hastío,de este espejo que muestra el desafíodel que escribe estos versos de penuria. La planicie del llanto, toda injuriainfligida, descifra el desvaríosoterrado del grito, donde río,sin embargo, tan pleno de lujuria. Desolada quimera de la nada,indecente caricia enajenadaque me salva del mundoSigue leyendo «Todavía vivo»

Los objetos

Objetos que definen a mis muertos,a todos los que quise y ya han crecidoal alba de los lirios hacia el ruido,mudo, de los cometas ya desiertos; juguetes desventrados, tan inciertos,mostrando el delicado y contenidomurmullo de la nada y su sonidoque acecha en los despojos encubiertos. Las cosas que sostienen la estructura,la esencia de las víctimasSigue leyendo «Los objetos»

Biografía

Edifiqué tan lenta biografíacon sólido cimiento de agua oscura;de enturbiadas columnas, luz impura,en una misteriosa astrología. El oscuro arquitrabe sosteníala indigna letanía, la amarguradel tiempo que, falaz, ya me aseguraque el palacio a la muerte ya me guía. El tiempo que, por fin, se ha detenido,las estancias desiertas ya nos muestranesa ardiente ceniza del olvidoSigue leyendo «Biografía»

Hécuba

Ladrar como una perra por la muerte,por todos los sangrientos y sagradosmomentos de los hijos masacrados;la furia de los dioses y la inerte belleza de la esposa que conviertela vida en un osario de quemadosretratos de familia, de esparcidosretazos de mis niños y su suerte. Tan grande es mi desdicha y mi quebrantoque en perraSigue leyendo «Hécuba»