Nacimiento

El sol iluminó sus rostros,
los despertó un poco del letargo.
Estiraron sus piernas y sus brazos,
con las grietas cerradas con curitas de las princesas de Disney,
con los fantasmas en la espalda
prendidos como garrapatas
chupándoles la esperanza,
con los sueños y los tiempos mansos.

El sol iluminó sus rostros,
abrieron de a poco los ojos cansados,
descubrieron que la vida era otra,
que ellos también eran otros.
Se sacudieron,
se estiraron como después del sueño profundo del invierno,
las flores en el pasto los maravillaron,
los pájaros en el suelo los llevaron a pensar en futuros
y nostalgias.
Se sacudieron de nuevo,
mientras el sol los iluminaba,
las partes viejas,
las costras se cayeron,
dieron lugar a una piel nueva, joven.
Esa renovación los colmó,
los atravesó,
su frágil memoria se fue deshaciendo
y lo vivido, lo pasado, lo transcurrido
se fue cubriendo de niebla.

El sol iluminó sus rostros
y en un grito de nueva vida,
Se descubrieron niños.

Lourdes Muñoz
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