Solitario empedernido, cartero sin direcciones, el lago del olvido te abraza en el peregrinaje.
Demasiado pesan ya esos besos no versos, la tinta seca en hojas quemadas, las plegarias en el viento. ¿Acaso aquí, en la espesura del bosque, encontrarás sosiego por ese amor extraviado?
Elegante y despiadada, la luna no se compadece de tu dolor. Te guía con su pálida luz por esas aguas que suspiran en medio de su reflejo.
Anclado en tus nostalgias, fluyen las lágrimas más hermosas, esas que al abrazarse con la luz lunar se transforman en plumas blancas, largas y puras cubriendo tu cuerpo entregado al ritual.
Dicen que los cisnes alguna vez fueron hombres condenados a sufrir por amor. Y que los hombres que sufren por esta desventura, terminan perdidos en este lago, por el capricho de una luna coleccionista de románticos que terminan dedicándole canciones en las noches.
Ahora pasarás toda tu vida allí, cisne enamorado. Condenado quedaste a exhibir con altivez tu medio corazón. Incesante, nadarás hasta el final, buscando ese amor que ya ni siquiera recuerdas.

Daniel Molina Durango
@Damodu1991
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Interesante relato y pobres hombres enamorados. ¿Hay algún lago de mujeres enamoradas? Saludos
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no se olvida, solo se deja de recordar….besos al vacío desde el vacío
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