Portadora exclusiva de todos mis secretos,
compañera de la madrugada,
la noche y de todas las horas.
Jamás agradecí tu fidelidad,
hasta el día que cerraste tus ojos,
sin aviso,
y ya no pude mirar,
desde tu ventana,
todo mi universo.
Gracias a los expertos,
y su buena voluntad,
volviste a brillar al ritmo
del galope de mis dedos,
el que, si escuchas con atención,
repite la música
del latido de mi corazón.
Mi trabajo, mi escritura,
las búsquedas de información.
Mis compras. Las magras finanzas.
Mis fotos, los recuerdos,
los textos que no quiero olvidar.
Todo lo importante,
en ti lo confío,
como un moderno cofre
de los propios tesoros.
Te siento en mi regazo,
y juntas viajamos a otros
universos y tiempos.
Por tu pureza,
estoy abandonando,
cada vez con mayor frecuencia,
la corporeidad del lápiz y el papel.
A través de tus teclas,
toco las letras,
moldeando cada palabra,
pacientemente,
como un artesano.
Criticarán tu frialdad,
tu vocación a lo exacto,
tu centro de lata.
Pero yo creo en ti,
como Gepetto en su muñeco.
Porque también eres alma,
vida, belleza y misterio.
Cuando muera,
ella hablará en mi nombre,
como una de mis hijas,
el mejor de mis espejos.

Flora Aliaga
@floraaliagaescritora
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