Austral
Habito los confines de la palabra.
En estas latitudes
todos sus nombres cabalgan
como corceles de mármol,
como un temblor primigenio.
E c o s ,
mapa de estrellas, ¡oh, labios
de la memoria besad
las cicatrices del tiempo!
¡Devorad ayer mismo
mis huesos, mis siglos!
¡Desvelad de una vez
qué vida me sobra!
¡Oh, palabra
sin mí, belleza incorrupta!
¡Oh, rojo
sin flor, mentira solemne!
¡Eterna existencia en mi ser
desterrada!
H u e l l a s
del náufrago hogar
que a veces me acoge,
del cóncavo nombre
al que siempre renuncio,
ampliadme en la bella orfandad permanente
a mí, galope de arena,
a mí, temblor que se muere.
¡Recordad lo que soy
en estas latitudes!
Habita mis confines la palabra.
Habita mis confines
y los b o r r a.
Boreal
Mía deriva sin viento,
arrebolada sed de siempre otro cauce
mío temblor de página al vuelo
nada tengo
todo soy
a q u í
en la inmensa palabra sin tiempo,
donde el prístino recuerdo crepita
después de mi último margen,
donde teje el fulgor su delirio de luz,
su vaivén de glaciares en llamas.
Míos incendios,
míos bosques en ruinas,
apenas desiertos…
Pero nunca la noche, nunca
su mano inclemente,
nunca
su inquisitivo anhelo,
nunca el vértigo gris del océano,
nunca un himen que eclipse tus ojos
míos.
Arena
y gravedad:
m
u
e
r
o
por vivir-
te.
Orbitando esperanzas. Soñar
que no despierto del sueño,
a l l í
nada soy
todo tengo.

Emma Calderón
@emmaland_m
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Antonio Ríos
@antoniorios.poesia
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