Te voy a pedir un último favor:
si vas a cerrar esta puerta,
no se te ocurra abrirla de nuevo;
por si las dudas.
Si estás escribiendo un punto,
déjame decirte que yo añado: y final.
Por si pensabas dejar espacio a un:
y seguido.
Si sales por esa puerta,
llévate las maletas.
Y recoge tus para siempre
con los que un día pintaste mis labios.
Llévate también el ruido de tus pasos,
el vaho de los cristales,
y todas las canciones que pusiste de madrugada
cuando no podía dormir,
que ahora ya son tuyas y no nuestras.
No te olvides de tus miedos,
que necesitaré el doble de espacio para guardar los míos.
Ni te dejes tus abrazos.
Esos llévatelos lejos, donde no pueda encontrarlos.
Si te vas, ventílame el aire,
y los recuerdos.
Y que sea solo tu cuello el que huela a ti,
y no mi piel.
Recoge del suelo mis ganas de intentarlo,
y las promesas que hiciste desnudo en el colchón,
que sin ti, ha dejado de ser cama.
Mis risas no te las lleves,
por si, cuando no duelas, las necesito de nuevo.
Ni el reloj que se detuvo en mitad de un orgasmo,
que cuando no estés, lo pondré en marcha
para que vuelva a pasar el tiempo que un día paraste.
Amor, si vas a cerrar la puerta,
no olvides dejar la llave.
E intenta no hacer mucho ruido,
que no quiero escuchar cuando te vayas.

Irene Chiquero
@nenescritos
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