Café para dos

– Dos cafés por favor- dijo ella mientras se dejaba caer exhausta en la silla de su bar de cabecera.

Está acompañada de su pareja, como cada día desde hace ya años. Todos los días en torno a la misma hora de hoy entran por la puerta y piden sendos cafés, siempre las mismas combinaciones de café y leche con y sin azúcar. No son demasiado jóvenes, pero tampoco han llegado a la mal llamada mediana edad. Quizás sean felices y estén enamorados, o tal vez no, pero ya han pasado meses desde la primera vez que les serví sus cafés.

Llegaron perfectamente arreglados y a la moda, blandiendo respectivos iPhones último modelo. Muy educados, día tras día uno de ellos pedía por el otro ambas bebidas, con la reconocible seguridad que se adquiere de la confianza y el paso de los años, hasta que memoricé la comanda diaria.

Detrás de la barra se aprende a observar los pequeños detalles diarios que en otras circunstancias pasarían desapercibidos. Esta pareja es como las demás en casi todos esos aspectos que los meros espectadores podemos apreciar desde afuera, exceptuando la salvedad de que nunca los he visto hablar entre ellos más allá de dos o tres palabras sueltas en cada ocasión.

Resulta curioso como parece que se conocen al dedillo las manías y costumbres del otro, pero encuentran más interés en navegar por Facebook, Twitter o Instagram en lugar de mantener una conversación entre ambos. Quizás no debería llamarme tanto la atención, es un hecho que se reproduce en millones de lugares varias veces al día cada día. Sin embargo a mí sigue perturbándome esa falta de interacción personal, donde estar atento a los likes de las redes sociales absorbe toda nuestra atención.

Y así, mañana tras mañana asisto a la decadencia de las relaciones humanas en esta inhumana época en la que nos ha tocado sobrevivir, y digo sobrevivir, porque son demasiadas las personas que viven a medio gas, que malviven virtualmente negándose ese contacto emocional que tanto nos alimenta y llena el alma.

Acaso esté equivocada, y esta particular pareja se complemente y llene a la perfección y ese insignificante momento del día que comparten conmigo solo sea eso, un fútil instante de cómodo silencio compartiendo un café.

2 respuestas a “Café para dos”

  1. […] Texto publicado en una de mis colaboraciones para Letras & Poesía, para quien se lo haya perdido ^^  Cafés para dos […]

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Entradas relacionadas