Cargo siempre conmigo una maleta,
repleta de besos y versos,
de caricias y juegos,
de palabras y susurros,
de abrazos y cosquillas,
de libros y letras.
Y que al abrirla,
salga todo disparado,
como una explosión salvaje,
quedando esparcida,
por los rincones,
toda mi esencia,
allá,
donde,
vaya.



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