Me gusta alargar,
ese último trago de café amargo.
El último paseo por Fuencarral.
El último mordisco a la tapa del día.
El último culín de vino de la copa.
La última respiración de tus fosas nasales tras mi cuello.
La última risa.
El último abrazo antes de la despedida.
El último beso.
El último “te quiero” entre labios aún dormidos.
Me gusta alargar mi mano, hasta alcanzar a tocarte.
Me gusta,
alargar
todos
y cada uno
tus
últimos
instantes.



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