Desear ver el amanecer
de mil mañanas con sabor a miel,
sintiendo un beso retorcer,
en la orilla de mi cuello infiel.
Desear caminar en tus dunas
tersas, leves y de trama adyacente,
atando, amarrando y amando nuestras ganas,
como raíces de un éxtasis inminente.
Desear el murmullo nocturno
de los cuerpos ardientes,
que destilan bajo el silencio bochorno,
el ansia de un amor ponente.
Desear el sueño perturbado
de sentimientos nunca estribados,
en la perenne búsqueda de lo imposible,
que en algún momento fue inadmisible.
Lindos versos.
Me gustaLe gusta a 2 personas