Has robado el viento
restante
que le quedaba al invierno,
y el resto de gente se pregunta
qué le pasa al mundo,
si ha dejado de girar
o si volverá a funcionar.
Cuando eso pasa,
entonces,
me río para mí misma
y te imagino
tan
tan
tan risueña
mientras te hace cosquillas
la nieve de tus dedos,
que es imposible
no derretirme
hasta morirme
de pena.
A día de hoy, amor,
hasta el frío me conmueve.