-Suena a reto.
Imaginemos que cada ser del planeta se pudiese dar a conocer a través de algún extraño aparato que te permite encontrar información almacenada en un tipo de biblioteca infinita de libre acceso.
-Ni siquiera tú eres capaz de eso.
Tal aparato debería tener una serie de instrucciones lo suficientemente específicas como para evitar el disgusto de cualquier usuario, incluso debería darnos precauciones.
-No es más que un juego, la vida es muy corta para no querer disfrutar de alguno.
-¿En verdad crees que el poder sentir que cada rayo de luz solar tiene un nuevo significado es solo un juego?
El simple sentido común no podría guiarnos a través de tan peligroso laberinto, necesitamos de supervisores, moderadores y una seguridad especializada y personalizada.
-Mira nada más, ¿quién es el poeta ahora?
-Ugh.
-“Ok, tienes razón”. ¿Qué te cuesta?
-El que seas suficientemente imbécil para darle el tono de chiste al amor no te hace un genio, solo un cretino más.
-No implica que me equivoque.
-Llamándole a lo único por lo que aún valemos algo una trivialidad, lo intuye.
“No buscar roomates en Internet” debería ser de las primeras reglas.
-Aún no oigo que me corrijas…
Tac… Tac… Tac…
-Buenas noches, Cris.