Exilio y prolongaciones

Me he exiliado en esta patria mía,
este pedazo de concreto y flores,
por motivos de amor y desamores,
y por dolor y por melancolía.

Estoy aquí, ascético y sin suerte,
lleno de expectación y pobres dudas,
sintiéndome el peor Judas de los Judas
y sin motivación para la muerte.

No hay ni visitas ni visitadores,
ni el viento corre y ni el rencor aflora,
ni el tiempo pasa, ni el dolor empeora,
y ni mi alma busca los vigores.

Estoy cansado y a la vez cansado,
soy un manojo de contradicciones,
ya no disfruto cantos o canciones
ni anhelo un buen nombre o un legado.

Soy un juego de palabras y acertijos,
me siento verdaderamente extraño;
éste no ha sido y no será mi año
por más que rece al necio crucifijo.

Todo es extraño. Todo es la desgracia.
Este poema mismo está deshecho:
sin medida, sin voz, todo malhecho,
sin cadencia, sin melodía y sin gracia.

Nada me queda, solo mi memoria.
Nada me queda, solo mi tristeza.
Nada me queda, solo la certeza
de que hace mucho me engañó la gloria.

3 respuestas a “Exilio y prolongaciones”

  1. el peor de los exilios…es el autoexilio…exiliarnos de nosotros mismos…para tornarnos…nada?…Besos al vacío

    Le gusta a 1 persona

  2. Avatar de Henri Berger Martín
    Henri Berger Martín

    ¡Buen poema, Óscar!

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Búsqueda avanzada

Entradas relacionadas