Duele

Y no poco. Duele y no por amor, traición, celos o engaños. Duele más bien por desengaño. Por el constante repiqueteo del tic tac de una alarma, como al zafarse del zumbido o zanganeo del ala izquierda. Porque sí, todo mal es obra de la mano zurda y que no se entere la diestra de lo que ésta zozobra.

Desde Poncio Pilato en Judea hasta Leopoldo en el Congo belga, el evangelio llegó entonces, llegó a ellos y a nosotros también. No son solo mis males, es tu mal, su mal y el pecado original. Quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra. Mas, si no se ha rebelado, yacerá bajo el yugo del bien, la verdad, la penitencia y la piedad.

¿Qué fue de los primeros? ¿Qué fue de los segundos? ¿Qué fue del carpintero, el extranjero y lo de amar a los tuyos? ¿Qué fue del voto de pobreza? ¿Dónde fue la otra mejilla? Ahora el pobre es nobleza y, el creyente, de boquilla. ¡Hay que ver cuánto me duele! ¡Hay que ver cuánto nos duele! Cuando el alza de la siniestra es interrumpida por la diestra, cuando cercena mis muñecas si me ve a la siembra de amapolas. Amapolas y claveles, mármoles y cinceles, para adorarlo en su pesebre. ¡Ay cuánto me duele! Seré humilde, piadoso y llevaré una vida miserable… siempre a la orden de Dios padre.

Sufriré por lo que sufriste, por cuanto dicen que sufriste y sufriré por si acaso no sufriste. Doleré lo dolido por ir a adorar al niño, niño que se ha hecho Dios, niño que fue camello y poco después león. Me postraré como un perro ante tu altar, fumaré tu opio, beberé tu vino y comeré tu pan. Deja que te enseñe lo mucho que duele, hurga en lo más profundo de mi herida, pero meteré el dedo en la tuya antes de que lo esperes. No te preocupes, padre; descuida, pastor; aquí me tienes arrodillado como un perro ante tu Dios. Ladraré, gemiré, lloraré y sangraré. Por cuantos paganos dicen ser cristianos y por cuantos ateos son mil y una veces más humanos. Un agnóstico y no otra cosa es quien ha hablado. He dicho.

Poeta de luna
@poeta.de.luna
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