Algunas personas no saben hablar, sin cortarte en el camino las entrañas a la mitad. Ella era de una esas. De esas que llevan una granada en la cabeza y otra entre las piernas, que tienen magia entre los dedos y solo han usado la chispa para prender fuego Sigue leyendo «Caos»
Archivo de categoría: Micol Ariana (Argentina)
Cien
Vos la ignoras, total está siempre a todas horas ella contesta, dice que si siempre. Y jugás con lo que decís total hacés un par de malabares con tu conciencia y ella no se enoja, nunca porque le decís que si cuando es no y al revés, como te convenga. Vos crees que no quiereSigue leyendo «Cien»
Los Trenes
Los trenes no pasan una vez en la vida… Me acuerdo de los ojos chinos, del sol naranja que caía y nos daba justo en la cara, de tus ojos chinos, de tu brazo cruzado sobre el mío, incómodos, sentados en los asientos de plástico del tren. Me acuerdo de los ojos, del sol, deSigue leyendo «Los Trenes»
La cuenta
No voy a permitir que nadie vuelva a caminar en mi vida con los pies sucios, recordarte es llamar al cuchillo para que vuelva a los dientes a las tripas. Te quiero desde lo más profundo de mi odio desde el día que mi madre dijo «estas cosas pasan» y siguen pasando cuando vuelvo aSigue leyendo «La cuenta»
Años luz
Hay un lugar al final del ocaso donde desearía caer abatida, morir entre los huecos de tu cuello partido, el muro de los lamentos que llevo encima cuando el sol todavía canta. Que se incendien afuera de la manta donde vengo a dormir cien años luz, las calles y el instituto. Viajé desde muy lejosSigue leyendo «Años luz»
Sofias
En el colectivo son 11:30 y ya quiero irme a mi casa. Afuera deben ser las 5 de la tarde pero estoy cansada y el tiempo en uno a veces es jodido y pesa el doble. En el asiento de al lado, Sofia le cuenta por celular una primicia a su amiga: Pablo también esSigue leyendo «Sofias»
Pájaros
Cuando el viernes nos arrastre a la cama como un premio morderemos desgarrados los pájaros del sueño, Artemisa besará con vehemencia tus pupilas y habrá hueco en los rincones para enredar las luces del suburbio, afuera en el mercado no hay un dios que ampare la tristeza. Un café embalsamado te espera, en el sencilloSigue leyendo «Pájaros»
Carta para una mujer recién nacida
«Apenas te has percatado de tu existencia y sin embargo el mundo parece aún más viejo a tu lado. Lamento decirte que ésta no es la primera vez que tendrás que llorar, el mundo va a romperte el corazón de mil maneras y estará únicamente en tu esencia la fuerza para construirte mil veces más.Sigue leyendo «Carta para una mujer recién nacida»
Rio
Lo admito y lo confirmo, sí. Tengo más problemas que ropa en los cajones y abajo, entre las venas y el fracaso hay un montón de heridas que miran de reojo y duelen al tocarlas. Lloro, lloro mucho y muy alto, al recordar que puse el corazón en más batallas de las que pude soportar.Sigue leyendo «Rio»
Mujeres bonitas
«Eliminá las estrías, despedite de tus rollitos, aclará las canas reducí tu cintura perdé peso reducí perdé reducí» ¿Hasta cuántos centímetros quieren hacernos desaparecer? Me gustan las mujeres fuertes enormes inmensas en su actitud con todo el mundo arrodillado en sus sonrisas. Son un par de pezones dos, tres, cuatro caderas, vaginas la palabra prohibidaSigue leyendo «Mujeres bonitas»
Camisón de mariposas
La espalda de Ignacio, los huesos, que ella había imaginado siempre blancos, resaltaban silenciosos, los hombros amplios, valientes, la piel del color del trigo y la luz del velador, acariciándolo todo levemente, los lunares, la ropa sobre la silla y otra vez, los lunares. Paula se acomodó en el lugar y se abrazó a suSigue leyendo «Camisón de mariposas»
A eme
Siempre vuelvo a recordar cosas con las que he boxeado antes, volver al pasado es como bailar con lobos y esperar salir ileso. Hay un graffiti que tiene mi nombre y ahora funciona como embajada del odio las firmas de mi niñez son la prueba de no saber quién era ni ese día ni ahoraSigue leyendo «A eme»
Verbos
Esta noche, se cuales son los verbos que nos conjugan, pero también cuáles no. Sé que existen millones de espaldas para besar y otro millón de ventanas donde podrías posar tu amanecer y aun así me gusta preguntarme que te une a mí, si es el destino de las cosas o la elección especial deSigue leyendo «Verbos»