Regalo fúnebre

Buscaba agua. Su hermano le había enseñado que el cuerpo podía resistir sin comida, e incluso, hasta llegar a adaptarse. Pero no sin agua. Su hermano, según recuerda, leía mucho. Le había contado todo sobre El Antes, cuando él aún tenía en su memoria su voz y su rostro demasiado frescos. Luego de quince añosSigue leyendo «Regalo fúnebre»

A la deriva

Cuando llegué, incluso, había olvidado mi nombre por completo. Ese día llovía y estaba toda empapada. Si me hubieras visto, Javier, si solo me hubieras visto. El pelo se me pegaba a los hombros como una de esas larvas asquerosas que salen de la basura. El maquillaje me sobresaltaba las ojeras acumuladas por la faltaSigue leyendo «A la deriva»

Treinta años hoy

No es el tiempo de hablar de las sonrisasque ocasionas            (¡maldita -otra- adversidad!)Ya he llegado a la edad de cosas simples:Treinta «Buenos días»Treinta «¿Cómo vas?»Treinta horas a la semana(bueno, menos,            pero igual como si fueran)             treinta. Treinta segundos            tú… adentro… (…) afuera (…) dentro                                     fuera… adentro… afuera… adentro… afue–Treinta minutos            (luego)                                                 humedad. Treinta años:y tu voz de nieve-en-el-día conSigue leyendo «Treinta años hoy»

¿To the sky o al cielo?

—El reporte de aquel año indica que, en el casco urbano de Santurce, Puerto Rico, existe una casa que sobrevivió la primera ola y la segunda ola. Todos saben que la primera ola es la del mar de expropiación. De la segunda ola no se comenta mucho. Los boricuas sobrevivientes la llamaban la ola delSigue leyendo «¿To the sky o al cielo?»

Post-mortem

Cuando le sacaron el saco de la cabeza solo pidió una cosa:—Suéltame las manos también.El Otro le quitaba las sogas en sus muñecas, luego, contempló el lugar. Era justo como lo había querido. Desolado. Observó con más detenimiento. Pudo precisar maquinaria de alguna fábrica textil ya en desuso. Más allá del óxido, la vegetación crepitabaSigue leyendo «Post-mortem»

Petroglifos

Les prometo que al final de esta historia no van a entender nada. La ausencia de lógica era parte del problema inicial, porque ni el mismo Xavier pudo entenderlo cuando le pasó lo que le pasó. El primer día fue el día de la exploración. El descubrimiento arqueológico fue hallado por una de sus estudiantes.Sigue leyendo «Petroglifos»

La pecera

Aquel pez que dejaste entre mis lágrimastenía hambre de visiones            ojalá aún pudiera verte. Ojalá aún tuvierala memoria de tus besos en mi lengua,            no tuve opción:            la jaula ósea quebrantó ante la furia             no quería matar al pez. Con tu último regalo transito:de dos paredes, cada oreja,de un techo, la punta del pelo,de una pared, la puntaSigue leyendo «La pecera»

El condenado

Mira, todo el mundo sabía que se iba a tirar. No había de otra. Al menos eso es lo que leí en Facebook al otro día. Aunque yo lo supe primero. Lo vi todo desde tempranito porque vivo en el condominio de al lado. No chica, el otro. Exacto. Ese. Por eso te digo queSigue leyendo «El condenado»

El último beso de Samuel

Joel: Dime dónde estás porfavor. No hagas esto.6:34am Joel: 🤔6:34am                                               Joel: ¿La playa?6:34am Joel: ¿Samuel?6:35am Sabía que le llegaba un mensaje —aún con los ojos cerrados—. Le gustaba mantener su celular en silencio. No sabía cómo admitirle a Joel lo que iba a hacer. No tenía que verificar su celular para saber que era él.Sigue leyendo «El último beso de Samuel»

La regadera

La señora Martínez salió por la puerta de su casa en el día justo en el que no se percató de que dejó la estufa encendida. Siempre la verificaba antes de salir y tal omisión implicaba un augurio que, ni su vecino -el señor Domínguez-, pudo leer en sus cartas. La señora Martínez tenía prisa.Sigue leyendo «La regadera»